En una sala de Barcelona, ​​un día como cualquier otro, Miró contempla un cuadro con las manos suspendidas en el aire, como si quisiera acariciarlo. En otro punto de la misma ciudad, Hernández Pijuan pinta en la mesa de su taller, con un cigarrillo encendido esperándolo en el cenicero. Un tiempo después, Guinovart crea una obra en el exterior del taller de La Polígrafa; parece haberse olvidado, como los demás, de la presencia de su fotógrafo de confianza y del objetivo implacable de la cámara que carga.

«Un relato al descubierto, Martí Gasull» es una exposición que presenta instantes captados en los procesos de creación de diferentes agentes artísticos, como pintores, críticos, poetas o diseñadores, la mayoría de los cuales, retratados en la intimidad, entre la década de los setenta y el inicio de siglo. Las fotografías -algunas de las cuales son inéditas- han sido realizadas por Martí Gasull, a quien se puede atribuir uno de los archivos fotográficos más riguroso y franco del panorama artístico contemporáneo en Cataluña. Las imágenes elegidas permiten disfrutar de escenas irrepetibles desde la familiaridad de aquellos rostros que forman parte fundamental del relato del arte catalán desde la segunda mitad del siglo XX, pero también desde la extrañeza propia contemplar un instante efímero , indefinible y fragmentario. Las fotografías, de una belleza cautivadora, agitan algo que en apariencia es seguro y conocido y que, en cambio, posee una capacidad perturbadora, justamente debido a que puede revelar lo que no muestran. La exposición presenta también varias obras de Guinovart que, lejos de permanecer auratitzades, simbolizan, en este marco, algo material, corpóreo y gestual del trabajo del artista.

La muestra manifiesta la voluntad de abrir espacios -desde las prácticas artísticas y colectivas- para ensayar diferentes maneras de generar y percibir los relatos (artísticos, sociales, culturales, políticos, etc.). Esto significa disturbio algo rígido y canónico (empezando por la historia del arte), sacudió lo que aparece como completo o separado (como el conocimiento y las disciplinas) y contagiar el ejercicio de una mirada inacabada que sólo puede dar -se desde el cuerpo. Es aquí donde las fotografías de Martí Gasull posibilitan o, mejor dicho, impulsan a colarse por las rendijas del relato de las artes en Cataluña, lo que abre un territorio privilegiado para hacer (nos) preguntas: ¿cómo intervienen las imágenes en los relatos contemporáneos? Han reconfigurado los límites de la esfera pública y privada? De qué maneras puede afectar ser susceptible de ser fotografiado en casi cualquier momento? ¿Qué estrategias utilizan los creadores actualmente para compartir sus imágenes? La sobreexposición de imágenes neutraliza la mirada? Y, finalmente, el registro fotográfico puede tener un papel creativo o es sólo un testigo?