El trabajo de Martín Llavaneras incide de manera directa en la apropiación de contextos, situaciones y productos externos que lleva a su campo mediante la idea de límite, y que desarrolla a medio camino entre las revisiones de las teorías artísticas conceptuales de los sesenta, la importancia del cuerpo como instrumento artístico, el equilibrio, la peligrosidad y el ridículo. Unos actos poco espectaculares y sencillos que conllevan una alta carga entre el significado real y el ficticio, ahondando en lo insustancial como meta a alcanzar. Una práctica de trabajo llevada al extremo, y que bajo diferentes registros que van desde el vídeo, el texto o la instalación, concentra la máxima intensidad en el proceso de producción, estableciendo dinámicas simples que le permiten alterar toda relación entre el espacio y la dimensión temporal.

En trabajos presentados anteriormente como en "Hangingout", propone una obra procesual que explora la imagen mediante unos paisajes urbanos con variaciones mínimas donde aparentemente no sucede nada, pero donde se detecta la existencia de una figura humana camuflada y suspendida en el aire , haciendo que el escenario visual urbano cambie radicalmente de percepción. No señala ninguna muestra de movimiento pero si de acción.

En el proyecto que plantea para el Espai Guinovart, da un paso más allá en este trabajo progresivo, mostrando como escenario otros paisajes urbanos a modo de ejercicio de intrusión territorial, e incluso del apropiamiento de una franja de un tiempo que no le corresponde. Así pues, "Primera composición para los hermanos Baschet" propone una revisión escultórica mediante una recopilación de estatuaria pública producida durante la década de los 60 a 70 en la ciudad de Berlín, donde interviene directamente en esculturas de carácter constructivista realizadas por otros artistas, y que se presenta para la ocasión bajo un planteamiento diferente que aún no se había dado en su trabajo: la introducción del sonido.

De este modo, presenta el intento imposible de impactar un objeto contra una escultura y extraer, por un lado, una aproximación torpe de los actos performántico y teorías artísticas referentes a los happenings de Kaprow, y de las estructuras sonoras de los hermanos Baschet, y por otro lado el hecho de alterar por unos instantes-mediante esta acción-el significado de la escultura, y generar así un punto de inflexión paralelo a su contexto artístico, histórico y político cuarenta años después de su construcción .

"Primera composición para los hermanos Baschet" conlleva por tanto un trabajo expandido que inicia con proyectos como "Excursiones de caza", "Encuentro en Transnistria", y "Encuentro entre un zorro y un conejo", en que la noción de documentación y de estructura, contribuye a poder trabajar desde la historia del arte, la acción y el paisaje. Una búsqueda constante que toma el proceso creativo como herramienta para convertir lo aparentemente trivial en relevante.

Comissario
Jordi Antas