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El compromis de l'art

Josep Guinovart.

El compromiso, el único compromiso posible, es tener conciencia del mundo que nos rodea, ejercer la crítica constante y profundizar esencialmente en el lenguaje; esto hará posible la intemporalidad.

                                                                                                                                 Josep Guinovart (1)

Para Guinovart la vida es compromiso, el arte es compromiso y ambos elementos no pueden separarse el uno del otro; forman un todo indisoluble, totalmente indistiguible. Por tanto, destacar el concepto compromiso en su trayectoria es subrayar al mismo tiempo el compromíso del arte como motor de transformación de nuestra realidad. Guinovart concibe al artista como figura transmisora que ejerce una visión crítica y lúcida de lo que le rodea, que toma una actitud davat la realidad y actúa inmerso en lo que sucede: plantea nuevas cuestiones, señala contradicciones y muestra preocupaciones, consciente que no tétotes las respuestas, sólo muchas preguntas que hacer. El creador, para Guinovart, no ésconeixedor de la verdad absoluta, se abstiene de convertirse en cabeza salvadora que proclame su credo desde una torre de marfil y se aleja del mensaje panfletario exessivament dirigista, aunque mostrándose respetuoso ante la madurez de quien observa su obra.

Existe Guinovart un grito constante y firme contra la injusticia que se convierte en un verdadero corriente de fondo que no deja nunca de aflorar en todo su trabajo. es ya visible en los inicios de su trayectoria, al final de los años cuarenta y durante la década de los cincuenta, a través de la representación de escenas protagonizadas por personajes humildes, que van desde el mundo agrario hasta los barrios más marginales de la ciudad .
Posteriormente, el artista experimenta a través del lenguaje artístico, pero nunca se desentenderá de la realidad, podríamos decir que pasará de representar a incluirla en su obra. El gesto de lucha, de rabia y la voluntad de roturas hacia aquello establecido serán patentes de forma simbólica en una serie de obras nofiguratives, en el que manipula, crema, desgarra y rompe el soporte sobre el que trabaja, sea madera o papel.

La situación concreta del Estado español lo llevará a querer hacer más presentes unas actitudes de denuncia que se centrarán en temas pilítics y que se desarrollarán durante toda la década de los sesenta, hasta llegar a obras como De Dallas a Nixon (1969). Será importante su participación en Estampa popular (1965), así como la realización de toda una serie de piezas, iniciadas en 1967, que parten de la iconografía del Guernica de Picasso, << espejo de los maltratados de siempre >>, según el autor, como es el caso del entierro del Guernica II
(1982-1986).

En Guinovart este grito contra la injustítica no se apagará nunca, quedará más o menos visible, pero permanecerá hasta llegar a otras piezas más tardías que reflejarán las problemáticas políticas y sociales del momento: con el Retablo de Jerusalem (2001) inicia una década de profunda lucidez crítica en la que parte de conflictos concretos para rebasar a través de la libertad creativa y, de esta manera, convertirlos en símbolos del dolor y el sin sentido contemporáneos, como es el caso de la serie que lleva por título El Pentágono: Traición a la geometría (2003), inspirada en la Guerra de Irak.

Toda su trayectoria llega a ser una toma de consiència de una coherencia incuestionable que, en definitiva,nos demuestra que el mismo fe de dedicarse al arte se convierte, desde un buen pricipios, todo un compromiso, ya que nos sitúa al margen de un mundo condicionado por la eficiencia y la productividad. Inmersos en este contexto, nos damos cuenta que hacer arte, reflexionar, disfrutar el mismo o transmitirlo se convierte en toda una declaración de intenciones, en una apuesta arriesgada a favor de la libertad, de la mirada crítica y de una creatividad que permita la construcción de nuevas realidades.

                                                                                                                              Sílvia Muñoz d’Imbert
                                                                                                                     Historiadora i crítica de arte

1 << Trabajo y vida o vida y trabajo >>, Guinovart. Itinerario 1948-1988, L'Hospitalet del Llobregat, Tecla Sala Centro Cultural Metropolitano
(noviembre 1989 - enero 1990), p 12.