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Guinovart animal po茅tico

Josep Guinovart

La presencia de animales en la obra de Josep Guinovart pone de manifiesto que la naturaleza es un elemento inherente de su proceso creativo; la naturaleza entendida como experiencia, como impresión, como fuente de inspiración emocional, y no tanto como modelo a imitar. El artista cree firmemente en el contacto con la tierra, en la fuerza que toma la realidad; considera que el código en el que se expresa no puede ser comprendido sin la trayectoria vivida, sin la huella de lo que ha visto.

En este sentido, desde el realismo mágico hasta la etapa más matérica, pasando por la experimentación con la escultura y el collage, todas las fases creativas de en Guino están marcadas por la presencia de diferentes animales. En conjunto, se trata de animales comunes, y no tanto de seres fabulosos o fantásticos, exóticos o lejanos, que configuran un lenguaje propio, cargado de simbolismo personal. Así pues, el artista huye de la interpretación convencional y arquetípica de la fauna y convierte cada criatura en un símbolo que habla su idioma.

En primer lugar, «Pasado vivido» presenta la realidad natural. Es la infancia del creador. Aquí el búho se erige como icono del paisaje agramuntino, del campo dorado, de la tierra seca. Nos evoca las noches que pasaba en «Pepito» con los hermanos gemelos en la cabaña del bosque del Siscar. Es la manifestación del todo, el resumen de una vida, hasta el punto de convertirse en un ser que adquiere identidad propia. El complementan el tornillo, que, partiendo del esquema espiral de la naturaleza, es matérico y autosuficiente, y la rana, un animal de transición, ambiguo y también enérgico.

A continuación,«Presente contemplativo» expresa la realidad más lírica. El conjunto retrata la necesidad contemplativa, pero también el paisaje interior del creador, el sentir del hombre. Los peces nos remiten a la imaginación, al pensamiento, a la espiritualidad. El azul de estas obras teje una estructura de sensaciones que plasman soledad, aislamiento, pero también libertad e inmensidad. La inclusión de textos, el uso de la caligrafía y la experimentación técnica de las piezas escogidas son de una finura exquisita.

Por último,«Futuro esperanzador» es la realidad social, la conciencia humana, la representación del artista comprometido con un tiempo. En este caso, la hormiga significa el colectivo en ebullición, el trabajo, la pequeñez de lo viviente, la fuerza del conjunto. La mariposa, por su parte, es la manifestación
de la libertad, el insecto que busca la luz, la nómada de paisaje, tal como escribe el artista. Ambas alaban el arte, la poesía, la cultura universal.

El animalario Guinovart no es más que la suma de conocimientos vitales, la materialización de espacios tangibles, la fe en el progreso, en la humanidad. Los protagonistas de esta historia son, pues, los activadores de un escenario llamado naturaleza, aquella que empuja la creación de un artista dinámico, que siente la llamada de la vida en el estadio más primigenio.

Judith Barnés. comisaria

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