cat | cast | eng

Descarrega't el   PDF

El tiempo como herramienta

Josep Guinovart

Pocos artistas de nuestro contexto han estado tan directamente ocupados y ligados a la cuestión del tiempo como Guinovart. Guinovart es un artista genuinamente moderno (y en este sentido, hoy en día, tan inactual como necesario): es decir, que participa del convencimiento (o mejor, la voluntad) de que la humanidad debe ser capaz de progresar, de avanzar en el tiempo us·ndolo para mejorar la dignidad y las condiciones de vida tanto del individuo como de la colectividad. Pero, matizando la linealidad evolucionista de la tradición cristiana y del racionalismo tecnocrático, Guinovart sabe que el tiempo se debe acompañar, que se debe trabajar con él en vez de luchar contra él para sacarle un provecho de sabiduría y crecimiento. Para explicar esta complicidad temporal de Guinovart, hemos dividido la exposición en tres ámbitos que reflejan sus dimensiones y usos.

Muerte, noche y quema: un fin o un comienzo. Uno de los motivos iconográficos recurrentes en Guinovart es el cr·neo, que actúa como una especie de advertencia siniestra sobre la presencia, a veces escondida pero ineludible, de la muerte. La finitud y la destrucción formarían parte de la vida. La oscuridad nocturna, el negro de lo quemado (por ejemplo, de los rastrojos) recuerdan la destrucción bélica o la negación, pero también los procesos necesarios para preparar el cultivo o el intervalo para el resurgimiento del dÌa.

El trabajo creador y el ciclo del cultivo. Guinovart no parece compartir ni los fatalismos apocalÌpticos que durante siglos han atemorizado a los hombres ni la prepotencia cultural que pretende ser capaz de dominar de forma omnisciente el mundo, como si la humanidad no fuera tambiÈn fragilidad. Por ello, desde sus inicios, ha estado atento a los ritmos de la naturaleza, invencible, siempre revivificada. La tradición campesina muestra el camino de respeto y la necesaria atención hacia los ritmos biológicos. La cultura agraria es, para Guinovart, un modelo para la creación artÌstica y una forma de redención activa.

La memoria y la ética del futuro. El huevo, como la semilla, es símbolo de fertilidad. El tiempo, para Guinovart, es también, en el espacio humano, historia y utopéa. La memoria (con el Guernica de Picasso como emblema) es necesaria para hacer posible el bálsamo del recuerdo y el sentido de justicia en el porvenir. La luz indudable y blanca es la afirmación de la confianza en el futuro mejor y es esta confianza la que da entidad, fuerza y sentido al tiempo.

Alex Mitrani