cat | cast | eng

Mario Pasqualotto

Fragilidad, dureza y memoria

"El artista es el origen de la obra. La obra es el origen del artista. Ninguno se sin el otro"

M. Heidegger
El origen de la obra de arte, 1995.

"Si los detalles faltan, las suplico que no desvelan imprudentemente mis raros secretos, que no miran mis fotografías si alguien lega a mostrarlas, y sobre todo, que no Abran aquel que esté cerrado: destrúyanlo todo, sin saber lo que destruyen, con la ignorancia y la espontaneidad de un afecto verdadera. "

M. Blanchot
La sentencia de Muerte, 1985.

Se ha abierto un mundo, marco de representaciones, donde las cosas, apoyadas en la pared, en el suelo, adquieren su ritmo y al mismo tiempo, en definen otro, recuerdan hechos anteriores que el tiempo puede aniquilar y / o conservar. Lo que las obras tienen de espontáneo y de quietud descansa en sí mismas, en su autosuficiencia y en su agitación. La cosa en sí y la cosa que consideramos irreal, imaginativa, hace brillar no sólo la conciencia de la alteridad, sino también algo más importante aún: da lugar a una iluminación de la palabra, del texto, del pasaje, del exhibición, de lo diferente más profundo respecto al mundo del artista con el mundo. Hace brillar y brilla mirándonos desde la caja mostrador, habitante un espacio, mostrándose en su materia al porvenir artístico y escondiendo en su interior el tiempo, cosas que recuerdan ... Funciona como un día a día de su vida y al mismo tiempo, certifica un antes y un después. Representa el mundo y mide lo que no habla con su hablar. Los ojos tienen una obsesión por el método, por la manipulación que ejecutan los ejemplares subconscientes, instalan escépticamente la conexión casual del arte, tanto en el mundo natural como con respecto al evento del hombre. "Cada cosa sin engaño se muestra tal como es": su límite fronterizo está relacionado con la realidad, con la representación humana por su proximidad y se encuentra en otras historias, en otros proyectos, en otras realidades, con el presente y con las dudas, con (el itinerario inexorable) del propio sujeto, no sólo tiene que ver con los procesos de creación, sino también con la experiencia del sujeto, del artista y de sus particularidades, visibles estas últimas a la mirada : atenta, a un momento "virgen" y libre de prejuicios, lo que posibilita un diálogo y proporciona un estado mental de disfrutar y de placer.

José Sáez-Sáez