La relación conflictiva entre el hombre y la naturaleza ha estado siempre presente en la obra artística, poética y ensayística de Perejaume. En el vídeo Ensayo de mimología forestal (2000) podíamos oír el sonido de un bosque de encinas del Montnegre. "Un árbol se dirige a los humanos", escribía Perejaume en la primera frase que aparecía de entre los árboles en este vídeo. Entre tanta devastación imparable, es posible dar la voz a la naturaleza ?, es posible escuchar y aprender lo que los árboles nos enseñan con su vida muda y aparentemente incomprensible? La biología, la antropología, la agricultura nos muestran, como el arte, que el hombre no está solo en la tierra, que forma parte de la misma naturaleza. En las tres fotografías que conforman la exposición Tres árboles, Perejaume nos invita a repensar nuestra relación con la naturaleza dando la iniciativa a la imaginación poética y proponiéndonos un diálogo inesperado con los árboles. La encina enjoyada, vestida con oropeles insólitos; manzano con los timbales esparcidos en el suelo, que se convierte en instrumento musical cuando una manzana cae sobre la piel del tambor; o el corcho que acoge un bosque de palmas brandadas para niños encaramados sobre las ramas, nos hablan de un lenguaje nuevo y viejo, el lenguaje de la metáfora, de la imagen poética que, encima de un árbol, injertada con la vida cotidiana , nos sorprende y nos cautiva como una tormenta de verano, como el aire fresco de la mañana.

        Manuel Guerrero