Here/Nowhere es una intervención artística efímera realizada por Domènec en los ferris que unen el puerto de pescadores de Baltimore, en West Cork, con dos de las muchas islas que configuran la costa suroeste de Irlanda. Durante los meses comprendidos entre marzo y abril de 2005, Domènec colocó dos carteles en el techo de dos de los ferris con las palabras here y nowhere, ‘aquí’ y ‘en ningún lugar’, haciendo efectiva una sutil sub-versión de los códigos convencionales. Los ferris, utilizados diariamente por las clases populares para ir a trabajar, se convierten en el vehículo idóneo, el lugar privilegiado, para hacer posible un acto de comunicación insólito, a la vez poético y conceptual, que crea una escritura en movimiento sobre el paisaje. Metáfora del viaje, del exilio y de la pérdida, de la historia trágica, por ejemplo, de miles de emigrantes que durante las ham-brunas de 1846-1848 se marcharon desde los puertos de esta región de Irlanda hacia América. Estas palabras, a su vez, here y nowhere, emblemáticas de la condición de la existencia contemporánea —podrían pertenecer a un texto de Samuel Beckett— dada a la desaparición de la especificidad de los lugares y a la proliferación de los no-lugares, que tan bien ha descrito Marc Augé, espacios como los centros comerciales clónicos o los aeropuertos intercambiables que condensan el escenario del consumismo compulsi-vo y de los desplazamientos continuos e inútiles que caracterizan a nuestro mundo glo-bal. La intervención de Domènec, clara e impactante, con una profunda carga de signifi-cados, muy bien recibida por los miles de usuarios de los ferris de Baltimore, permite numerosas lecturas que afectan tanto al contexto local como al interés universal. Los ferris de Baltimore pueden ser contemplados como nuevas barcas de Caronte que enla-zan el imaginario histórico, la memoria, de los muertos y de los vivos. Vivimos aquí y en ningún lugar, en todas partes. El oxímoron, la aporía, el no-sentido, aparece cuando se entrecruzan los ferris que se convierten en verdaderos portadores de pensamiento, sea en forma de simple chiste, sea como enigma o como invitación a la reflexión crítica sobre nuestro tiempo, sobre el presente, pero también sobre el pasado y el futuro colec-tivo e individual. Unas espléndidas fotografías y un vídeo documentan esta intervención artística singular, ahora y aquí.

Manuel Guerrero