Desembosque. Martí Boada
El amor al alcornoque y otras caligrafías

De los bosques del Montseny llega Martí Boada, uno de los ambientólogos más destacados del país. Su trayectoria, llena de premios, méritos, publicaciones, congresos y libros, le condujo, en 1995, a recibir, de la mano de Nelson Mandela, el 500 Roll of Honour, también conocido como Premio Mundial del Medio Ambiente. Esta gran hito en su carrera no lo ha hecho detener y, tras divulgar las ciencias ambientales por todos los canales posibles, saca de su taller sus obras de arte para abrir un nuevo camino comunicativo: el artístico y el estético.

Boada, como buen divulgador, se aferra a Ramon Margalef -el gran ecólogo catalán- para recordar que «una persona bien informada siempre multiplica. Mal informada, siempre queda ». Tanto en sus paseos por el Montseny como en las expediciones por el Amazonas -por mencionar un lugar- va recopilando hallazgos naturalísticas, al tiempo que anota y dibuja en sus libretas todo lo que no puede olvidar. En el taller hace parar el tiempo, manipula los elementos orgánicos para que no envejezcan, y con su caligrafía, tomada de las notas de campo, aporta a la naturaleza relaciones etnológicas, informaciones sociológicas y también históricas. El resultado? Obras de arte en el que la naturaleza es la protagonista y en las que el espectador puede recibir diferentes inputs de información: el espectáculo estético de lo natural, la información encriptada en una grafía llena de vida ... Como decía Antoni Tàpies, «Martí Boada nos confirma que el amor a la naturaleza no es solamente extasiarnos ante unos panoramas y de unas puestas de sol, por más válido que esto sea. Estimar la naturaleza hoy también significa concienciarnos de que estamos haciendo algo esencial para nuestras vidas y las de nuestros hijos ».

Paseando entre las obras de Boada se hace un viaje multicultural, y el mestizaje se hace más vivo que nunca: especies aquí se relacionan con semillas de bosques lejanos, como la vida misma, un hecho imposible de parar en la sociedad de hoy en día. Pero siempre desde aquí, sin caer en el localismo, sino haciendo una reivindicación de lo que nos rodea. En una entrevista, Boada decía: «Todo el mundo está dispuesto a firmar un manifiesto para que en la Amazonia no toquen un árbol, pero para cosas más cercanas nadie se moviliza. Hay una idea de pensar que la naturaleza es lo lejano: los niños y niñas te dicen antes cinco
animales de la sabana africana que de los pinares de los bosques del Vallès ». Y con la reivindicación del «desde aquí» presentamos el árbol protagonista, el alcornoque (Quercus suber) -Miracle evolutivo,

Radicalidad de encina o Encinar muntanyenc-, que podríamos decir que es el preferido de Boada: un árbol mediterráneo muy inteligente, con una barrera protectora que el resguarda de los usuales incendios forestales y le permite soportar altas temperaturas y sobrevivir.

A «desembosque», Martí Boada aprovecha para difundir el medio ambiente y al mismo tiempo deja escapar historias de todo, siempre con mucho amor, entendido desde la pasión -Amor lianoide y Corazón de corcho-, que es lo que transmite en Martí cuando divulga sus bosques: te hace querer. «No olvide nunca que la gran causa de lucha de la humanidad es la lucha por el medio ambiente.

Es el elemento clave que revolucionará el planeta y la sociedad », Nelson Mandela en la entrega del 500 Roll of Honour de las Naciones Unidas (1995).