La obra de Josep Guinovart (1927-2007) es variada en temas y en técnicas, y alcanza una gran altura y una importancia que han merecido un amplio reconocimiento. Sus pinturas, dibujos, grabados, litografías y unas realizaciones volumétricas que se extienden a veces en el espacio, más difíciles de clasificar, son de una diversidad que está justificada siempre por la necesidad y la profundidad con la que se han producido y el hecho de que constituyen una respuesta a inquietudes esenciales de su creador. Una de ellas es su fidelidad a todo lo que es real. Así, el mundo cotidiano lo podemos encontrar expresado de una forma más directa, transfigurado por el efecto de una profunda abstracción o como collage. En este último caso, por la inserción, en la misma tela o en cualquier otro soporte, de objetos extraídos de los espacios que le rodeaban donde las ejecutó: su estudio, la montaña que tenía al lado –granos de maíz, ramas, hojas, piedras– o, como vemos aquí, relacionados con un poeta determinado, así la guitarra que nos evoca a García Lorca. La aplicación del pigmento, del color, da, sin embargo, su último sentido a la obra. Guinovart es, por encima de todo, pintor, un gran pintor de raza, al que le deslumbra la luz, que nos describe en sus infinitas manifestaciones.

En esta exposición vemos cuadros en técnica mixta, grabados al aguafuerte, litografías y carteles relacionados con importantes manifestaciones poéticas, un arte que, junto con la música, lo acompañó siempre. La poesía catalana está ampliamente representada: Pere Quart, Josep Vallverdú, Salvat-Papasseit, el cartel del Primer Festival de Poesía Catalana y el encuentro con los poetas del exilio y la libertad, como José Hierro o León Felipe. Son numerosos los temas relacionados con Federico García Lorca: desde el aguafuerte del lejano 1951, que actualmente se pueden ver en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, a las distintas obras concretas y series realizadas en 1998. Estas obras, de un arte muy lúcido y rico que se mantendrá más allá de su tiempo, son también una muestra de las inquietudes y anhelos sentidos, sufridos o gozados en nuestra época. Un conjunto representativo de la obra y la personalidad de Josep Guinovart, que nos habla, no únicamente del interés que sentía por la poesía, sino también de su ansia de libertad, que compartían también los poetas representados y que es inseparable de toda poesía auténtica.