Es una producción del Museu de la Vida Rural  de Espluga de Francolí de la  Fundació Carulla en alianza con la Fundación Espai Guinovart, la Fassina Balanyà  de la Espluga de Francolí y el Monestir de Poblet.

Tres escenarios diferentes acogen la obra artística de Guinovart (Museo Vida Rural, Fassina y Monasterio de Poblet) y comparten con el artista el respeto y la observación atenta de la naturaleza y una relación especial con la tierra. Una tierra entendida como territorio pero también como parte esencial del ser humano.

A través de la obra de Guinovart conocemos una memoria rural transformada en arte que nos habla de los vínculos entre la humanidad y la tierra. Un recorrido donde se transmiten los valores de la sostenibilidad y que reivindica un mundo rural que desaparece, tal vez, irreversiblemente.

La exposición hace dialogar utensilios del mismo Museo con piezas propias del artista que hablan del mundo rural y que se relacionan con sus vivencias personales.

«Mi tatuaje es la tierra» recrea el universo que Guinovart descubrió al llegar a Agramunt, huyendo de la guerra. Forques, hoces, trillos, huevos o trigo son elementos que forman el lenguaje pictórico de este artista que, lejos de representar la realidad, la presenta con todos sus volúmenes y texturas, convirtiendo así un modesto paño cosechado de tierra en una maravillosa obra de arte.


Video exposició