El descubrimiento del arte románico, y especialmente las pinturas de los ábsides de las iglesias de la Vall de Boí, marcaron sus primeras obras. Guinovart formó parte del efímero Grupo Taüll (1955), junto con Marc Aleu, Modest Cuixart, Jordi Mercadé, Jaume Muixart, Joan Josep Tharrats y Antoni Tàpies. Entonces todos ellos eran jóvenes artistas que deseaban la transformación del arte en Cataluña y que acabarían, cada uno evolucionando con su estilo propio, conformando la vanguardia del arte catalán de mediados del siglo XX.

Antes, Guinovart había mirado y se había imbuido de las gitanas de Nonell, los paisajes de Gimeno o de Joaquim Mir y de las obras de Benjamin Palencia. Estos artistas serían los primeros fundamentos de su pintura: de sus primeros cuadros al óleo, paisajes de Castelldefels o de Agramunt, pero también de obras posteriores, plenamente abstractas, en las que destila la esencia de todos ellos .

Grandes referentes de Guinovart serán Picasso y también Miró y Dalí con los que mantuvo relación más directo. Guinovart, en su constante mutación, también experimentará con las iconografías surrealistas o inspirará en los paisajes más dalinianos como el cabo de Creus, haciendo lecturas y propuestas propias. También beberá de las aparentes simplicidades compositivas de la obra de Miró o experimentará con las formas cubistas de Picasso. De todos ellos y sobre todo de sus obras, Guinovart hará una reflexión y establecerá diálogos muy particulares en su proceso constante e inacabable de experimentación artística, casi como homenajes.

Finalmente, la exposición conduce a los referentes más propios, más intrínsecamente ligados a la vida del artista y donde se reconoce a sí mismo: el oficio de pintor, tanto presente en la obra Brocha Bandera (1970), y sus entornos más inmediato, Castelldefels y Agramunt.

En la exposición está presente el Guinovart los inicios y el de las últimas etapas: el Guinovart realista, expresionista, magicista, matérico, informalista, abstracto ..; pero sobre todo evidencia la búsqueda interminable y la experimentación constantes con técnicas, soportes y materiales y el diálogo permanente con la tradición y con las fondos que más directamente los marcaron.

La exposición se cierra con la proyección de la cantata homenaje que le dedicó Carlos Santos "Gui-no-vart" (2007) interpretada por la Coral de Hoy. Una guiño a los artistas que en han encontrado en Guinovart y su obra un referente, también, de inspiración y nueva tradición.

Tal y como describe Raül Garrigasait en el texto de presentación de la exposición (Tradición, 2018): Los pintores tienen una ventaja sobre los escritores: para ellos, la sensualidad no es el objetivo hipotético del arte sino su premisa . Desde el principio operan con los poros llenos de realidad, con la sabiduría antigua del hombre total, magia y materia y palabra fundidas. Crear tradición, para ellos, es frotarse con los lugares y los universos de los otros artistas hasta encenderlos y verlos fulgurar.