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El nuevo milenio y la vieja calavera

Guinovart

Este verano de 1999 hace cinco años que inauguramos el Espai. El balance ha sido más que satisfactorio, la fuerte colaboración con los maestros, las escuelas, las entidades de la ciudad, así como la actividad generada con las múltiples exposiciones temporales realizadas en el Espacio durante estos cinco años, lo confirman. Año tras año ha ido aumentando el número de visitantes, tanto de Agramunt como de fuera, pero quizás lo más importante es que el Espai os lo habéis hecho vuestro. Porque en el fondo, es vuestro.

Ahora acabaremos el milenio, es cierto que todo esto es importante, pero ni mucho menos trascendente, en todo caso curioso por el hecho de ser testigo y poder escribir el 1 de enero de 2000. Pero nada cambiará, porque de lunes martes nunca cambia nada.

Lo que sí lo podría cambiar es el intento de imponer un vertedero de residuos especiales a un tiro de piedra de Agramunt. Este vertedero, sin saber aún su ubicación exacta, se encontraría dentro del término de Oliola, al llamado Bosque del Siscar. Esta área, vivida y sentida cuando yo tenía ocho años, ha configurado buena parte de mi creatividad, pero quizás esto no es importante, lo realmente triste es que, si este vertedero se consolida, los habitantes de Oliola, Agramunt y sus comarcas podrían perder un patrimonio muy importante y, si esta barbaridad llegara a realizar, perderíamos una pequeña parte de nuestra vida.

Todos nos deberíamos oponer, deberíamos ser solidarios y estar muy unidos, se trata de una necesidad ética y cívica. Si hacemos un día a día será una fuerza que se convertirá poderosa y lo más importante será que se convertirá en una conciencia colectiva, al margen de cualquier condicionamiento político.

Esta exposición doble, de una parte, una referencia a los lugares, la magia, la soledad, la belleza y pureza, aún, del Bosque del Siscar y de otra parte, un referente al cambio de milenio.

Os espero!
Josep Guinovart