Comisariada por Bárbara Bayarri y Anaïs Muñoz

«Escucha, Guinovart» es una exposición que toma el título del poema que Pere Quart dedicó a Josep Guinovart, y que rescatamos para proponer al espectador una escucha corporal, pero también poética. Se trata de una constelación de obras que pivotan alrededor de la época de la Guerra Civil, durante la que Guinovart tuvo que huir, en primer lugar, de Barcelona, ​​y, más tarde, a causa de los bombardeos, de Agramunt. Por ello cobra una relevancia especial en esta propuesta la obra permanente de La cabaña, que queda en el espacio central de la sala y que representa el refugio que su familia y él mismo construyeron precariamente en el campo.

Con esta exposición queremos preguntarnos sobre la filia ( «amor»), el phobos ( «miedo») y el kratos ( «poder»), partiendo de la experiencia de Guinovart y de su pueblo, Agramunt. Queremos recorrer las emociones que han formado parte de todas las historias, de la vida de cada persona y de cada comunidad. ¿Qué quiere decir que huir, hoy en día? ¿Qué formas de violencia padecemos? Como tejemos los afectos? ¿Qué significa cuidarnos entre nosotros, en nuestro contexto? ¿Qué relaciones construimos con el poder, actualmente? ¿Qué nos da miedo o nos hace vibrar?

Proponemos como espacio de encuentro estar a la escucha, porque no pueden ser definidas, no tienen dueño ni unas limitaciones preestablecidas, dado que se trata de una experiencia que desborda el objeto, la palabra, la obra. La percepción que emana en escuchar compromete todo el cuerpo, todo lo que somos, y nos impulsa hacia la acción, hacia algo creativo. Se trata de un ser siendo en un espacio y un tiempo concretos, aquí y ahora, creando el momento presente que compartimos.

Las obras seleccionadas de Josep Guinovart nos hacen pensar en este lugar de nadie, o, mejor dicho, en los lugares que son de todos nosotros. Más allá de las pinceladas, de las letras que a menudo hace partícipes en los cuadros, de las formalidades o la técnica, estas piezas abren espacios de luz, bajo la guía de los negros y grises, como grietas que agujerean nuestra realidad a partir de la su. Desde la experiencia del exilio, del miedo y la valentía que se juega en el terreno de la incertidumbre, de lo que ha de venir pero que se desconoce; desde la raíz de la memoria y la comunidad que la crea, debilitándose o haciéndose más fuerte según la manera de llevarla a la presencia; desde la acción creativa, escuchamos Guinovart.