Llu铆s Trepat
Grabados
La última mitad del siglo XX ha sido altamente cualitativa con respecto a la ampliación de las perspectivas del grabado catalán contemporáneo. Lluís Trepat es un caso insólito en esta panorámica. Es un aiguafortista expresionista y figurativo, y dedicó mucha producción en la xilografía y el linograbado, procedimientos más específicos de su autoría. El linóleo, que él ejecuta con una libertad extrema, no tiene precedentes como los que representa el conjunto de su obra.
Los primeros grabados de Lluís Trepat están fechados del año 1952 y representan escenas parisinas. El dibujo manda sobre la composición, de una ingenuidad expresiva.
Al volver de París, Trepat instala en Lleida. En 1955 vuelve a París. Conoce y trata el pintor Vilacasas. La abstracción está de moda en París y tiene la oportunidad de tratarla en vivo y en directo. Desde el 1955, los grabados de Lluís Trepat demuestran este interés por la abstracción.
En 1962, Trepat y su familia se instalan en Barcelona. La llegada a Barcelona coincide con el desarrollo de una nueva perspectiva dominada por el expresionismo que ya había practicado en Lleida, en la serie de maquinaria agrícola y obras públicas. En la serie de las «máquinas», de 1960, que aún recordaban una voluntad abstracta, sigue un nuevo período dedicado a las «marinas» y los temas portuarios, que empiezan a aparecer en sus pinturas. Es también desde de estos años 1964-1965 que comienza a practicar el linograbado, del todo adecuado para representar este mundo cromático de playas y olas, de mar y de tierra.
La plancha del linóleo le permite un formato más grande y, lógicamente, una luminosidad cromática.
En 1971 produce, con Guillem Viladot, el libro Tonada de la vista, de dicha, de la búsqueda y de la encuentra, que se publicó en Agramunt. La propuesta textual del poeta quería desmitificar el valor de los sustantivos, tal como hacían los surrealistas.
Después, Trepat ilustra el libro de Viladot Sopas con pan tostado.
En 1977, la colección agramuntinos los libros de Lo Pardal publica los Poemas de perro, de Josep Vallverdú.
A continuación, en 1978, realiza tres linóleos para otro libro, Navidad, un grito hacia la libertad, de Anton Sala Cornadó.
La práctica del grabado no merma en ningún caso durante los años ochenta y noventa, con aguafuertes, preferentemente, que representan escenas con figuras.
En 2006 se formaliza un nuevo proyecto editorial como ilustración de un texto poético de Guillem Viladot: La masía.
Trepat sigue siendo un misterio que merece un mayor reconocimiento y estatus.
Josep Miquel Garcia