La palabra escrita, a diferencia de la oralidad de la palabra, puede pervivir siglos, aunque su generación hubiera sido algo puntual, fruto de un divertimento o de una necesidad. A menudo, el fin del período vital de un significado va de la mano con el desuso o la desaparición de lo que da nombre, sea un objeto, un concepto o un lugar.

De las muchas formas que imaginamos de aproximarnos a un lugar, aquí hablamos de intentarlo a través de su habla. A medio camino de la arqueología y la antropología, el abanico semántico de una tierra nos dota de conocimiento y de intuición para optar a lecturas más profundas; la creativa, por ejemplo, aquella que nos permite liberar y condensar pensamientos a partir de metodologías o anarquías propias.

En una vía distinta a la lingüística, el artista puede entender la combinación de letras como una materia plástica singular; con dinámicas temporales y espaciales, intergeneracional y territorial; con una biología propia de eclosión, mutación, latencia y elisión; con contenidos simbólicos, metafóricos o asociativos, entre otros. De modo parecido, entiende la tierra como la cuna de la palabra, creada de la chispa de un roce intenso entre ser humano y paisaje.

Labramos con herramientas fonéticas campos semánticos inacabables; cultivamos vocales y consonantes en los surcos de nuestra lengua; año tras año no hicimos más que cosechar palabras con las que llenarnos la boca y los cestos. Ahora, en un ensayo de retorno, de encarar las puntas del tiempo, lugar y palabra bajo una misma luz, Jaume Geli se acerca a algunas cabañas de campo en ruina, a la metáfora misma de un instante, el que vivimos, en el que las piedras, como el léxico, peligran de ser tragadas por el suelo del que han salido.

Texto y curadoría:
Glòria Bosch Mir
Jaume Geli

La Tribu. Jaume Geli ens presenta la seva nova exposició "D'escriure la terra"
Banyoles Televisió - Pla de l'Estany