cat | cast | eng

Descarrega't el   PDF

La herida infinita: tres miradas sobre el conflicto

Guinovart, Naroztky, Cardona-Torrandell

Art Degraded, Imagination Denied; War Governed the Nations 
William Blake, The Laocoon (c.1826-27) 

El arte tiene el poder de exorcizar lo más oscuro del ser humano y de hacernos aprehensibles los actos más abyectos perpetrados por nuestros congéneres. Existen pocas cosas tan arraigadas en la naturaleza humana como el impulso irrefrenable de utilizar la violencia para arrebatar a otros lo que es suyo. La guerra, sea en la escala que sea, es una herida sin fin que cruza la humanidad desde los primeros homínidos hasta la más rabiosa actualidad. 

Durante toda la historia, la guerra siempre ha tenido un foco principal: los frentes y los campos de batalla; dejando a menudo en segundo término los daños colaterales de civiles y poblaciones saqueadas o destruidas. No es hasta el siglo XX que desaparece del todo esta frontera: a partir de la Segunda Guerra Mundial, el ataque directo a la población civil se convierte en algo habitual. El siglo XX es probablemente el siglo de la historia del arte en el que existe una mayor relación directa entre la producción artística y los conflictos bélicos. 

En esta exposición proponemos un diálogo entre tres artistas de una misma generación que testimoniaron todos los grandes conflictos bélicos del siglo XX y parte del XXI: Norman Narotzky (1928), Armand Cardona Torrandell (1928) y Josep Guinovart (1927). Narotzky, judío y norteamericano establecido en España en los años cincuenta, vive marcado por el peso del holocausto en la cultura judía y el militarismo de EE. UU. en las sucesivas guerras en las que se involucra después de la Segunda Guerra Mundial. Las obras que mostramos, todas ellas comprendidas entre los años 1968 y 1978 y pertenecientes a la serie “Imágenes de Vida y Muerte”, coinciden cronológicamente con los últimos años de la Guerra de Vietnam, y, evidentemente, con la tensión de la Guerra Fría. 

Por su parte, Cardona Torrandell vive la Guerra Civil en Vilanova i la Geltrú y se interesa por la guerra mundial durante los años cuarenta, aún muy joven, lo que ha de marcarle durante toda su carrera. De hecho, la forma del hongo atómico acompaña a Cardona Torrandell durante parte de su etapa informalista -y más allá-, como también lo hacen las constantes referencias a masacres y exterminios de personas tanto en el holocausto como en otros conflictos armados. 

Guinovart, en cambio, pasa la Guerra Civil en Agramunt, donde va a definirse como artista y, como Cardona Torrandell, vive desde Cataluña la mayor parte de las guerras del siglo XX; pero también las primeras del XXI. Estas últimas, principalmente la guerra en Irak, aunque también la guerra de Bòsnia en los noventa, son las aproximaciones bélicas de Guinovart que podemos ver en la muestra. 

William Blake decía (y Cardona Torrandell lo cita) que “degradado el arte y denegada la imaginación, la Guerra gobernó las naciones”. Es precisamente a través de la imaginación y del arte que esta exposición quiere confrontar, desde tres puntos de vista muy distintos -pero con muchas vivencias comunes- la vivencia estética que este trio de artistas sintetizó a partir de la experiencia (directa o vicaria) de los grandes desastres de las guerras que nos han llevado a donde nos encontramos hoy. 

Jordi Garrido 
Comisario de la exposición